Victoria admiró profundamente a Rosalía de Castro y dio pruebas evidentes de este sentimiento a lo largo de su vida.
Quizás por ello una de sus primeras piezas periodísticas tuvo como protagonista a Gala Murguía de Castro; desde aquella entrevista en 1948 Gala y Victoria mantendrán una estrecha relación, prueba de ello es la visita que en 1956 ambas hicieron a la tumba de Rosalía en Santiago y también la casa natal de la escritora, a la que no las dejaron acceder. Hasta 1964, fecha de la muerte de Gala, María Victoria y su marido Felipe ayudaban a Gala en aquello que pudiera precisar, incluida una asignación mensual, dada la precaria situación en la que vivía.
El artículo que María Victoria le dedica tras su fallecimiento no deja ver el gran afecto que las unía.
Victoria se incorporó en 1970 al Patronato Rosalía de Castro; aquel equipo, presidido por Agustín Sixto Sexo sacó a la fundación de su postración y puso en marcha las medidas, incluida una suscripción popular, que llevaron a la conversión de la Casa de La Matanza en Padrón en Casa-Museo dedicada a la escritora.
Según Agustín Sixto Seco, María Victoria fue una de las principales artífices de la restauración de la que ahora es La Casa-Museo de Rosalía de Castro.
Victoria, Gala y Rosalía